sábado, 29 de enero de 2011

Los recreos, son geniales.

Septiembre, 02 de 1998.

Lo que más desea un estudiante, es que toque la campana, razones para comer sus golosinas, hablar, jugar y hasta para hacer las tareas atrasadas cosa de siempre...A veces con mis amigas nos poníamos de acuerdo en traer cucharas y para que cucharas???, para la cassatta, que yo compraba a la vuelta de la esquina del colegio, esperábamos que terminara la clase y nos hibamos corriendo a la bajada de las escaleras a comer un rico helado de tres sabores o uno simple...
Nos divertimos tanto, y si no alcanzábamos tragábamos hasta reventar y eso que eramos cinco. Dejábamos limpio, y otras veces dejábamos sucio, helado esparcido en el suelo y ropa...Es que lo que hablamos tanto que nos causaba mucha risa, tonteras hasta hacerse pipí...
Esto se combirtio en costumbre, todas las semanas...Fue algo inolvidable para mí.

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